En la actualidad se empiezo a presentar notoriamente las secuelas del covid-19, ya que nos acercamos a los meses de invierno en el hemisferio norte y las enfermedades respiratorias y los catarros serán más comunes. De hecho, los datos de Oceanía sugieren que la gripe ola de 2022-2023 podría ser particularmente agresiva .
A esto hay que añadir que lo más probable es que llegue conectado a otra ola de Covid-19 con las variantes más recientes y efectivas. Por ello, la OMS (Organización mundial de la salud) ya ha aconsejado que se tomen medidas en Europa y que se refuerce la atención primaria. Vamos a necesitar eso.
📣 Declaración acerca de la decimotercera reunión del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional (2005) sobre la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19).
— OPS/OMS (@opsoms) October 20, 2022
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Más allá de los síntomas respiratorios comunes (que pueden ir desde un resfriado hasta una neumonía mortal), es prudente prestar atención a otro hecho alarmante: el SARS-CoV-2 y otros virus respiratorios pueden causar síntomas cardiovasculares. JEY TE INFORMA…
Tras el brote de gripe de 1918, la literatura científica de la época describía casos inusuales de entumecimiento mental y fatiga crónica, dos síntomas hoy asociados a la COVID-19.
Además de los síntomas típicos de la gripe, el brote de 1918 dejó un seguimiento preocupante con efectos tardíos: una ola de infartos que se extendió por todo el mundo entre 1940 y 1959.
Era extraño y parecía inexplicable, pero ahora sabemos que estaba relacionado con la anterior pandemia de gripe. Una bomba de efecto retardado dejó el virus en unos pocos supervivientes.
Al igual que la pandemia original de gripe y el actual COVID-19, este grupo de enfermedades cardiovasculares afectó particularmente a los hombres.
Se ha sugerido como posible explicación que la respuesta inmunitaria inusual observada en hombres de entre 20 y 40 años en 1918 puede haber contribuido a que los sobrevivientes sufrieran una mayor tasa de mortalidad en la edad adulta.
Sin embargo, lo más importante es el hecho de que la exposición prenatal al virus de la influenza de 1918 se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares después de los 60 años.
Estudios posteriores han demostrado que la infección por el virus de la gripe aumenta el desarrollo de las placas ateroscleróticas y, por tanto, la posibilidad de sufrir infartos. El daño en el endotelio vascular acelera la formación de placas y, por tanto, el riesgo de sufrir infartos.
Problemas Cardiovasculares deja como secuelas del Covid-19
Los primeros meses de la pandemia vieron el comienzo de la recopilación de datos que muestran un aumento en el daño cardiovascular después de la infección por SARS-CoV-2. Las complicaciones más frecuentes fueron paro cardíaco, daño cardíaco, arritmias y síndrome coronario agudo.
Se plantean dos posibilidades para explicar estos síntomas, ambas respaldadas por pruebas sólidas:
- Una respuesta inmune desequilibrada a la infección viral da como resultado un proceso inflamatorio que produce daño vascular.
- La inflamación puede dar lugar a vasculitis o inflamación vascular, siendo la angustia citoquina su manifestación más extrema. Como resultado, esta inflamación aceleraría el proceso en personas que ya tienen una enfermedad cardiovascular en una etapa temprana.
- Utilizando la proteína ACE2, que se distribuye ampliamente en las células endoteliales que invaden los vasos sanguíneos, el SARS-CoV-2 se introduce en las células. Esta proteína regula la presión arterial, el equilibrio electrolítico, la reparación vascular y la inflamación, todos ellos esenciales para el correcto funcionamiento del sistema cardiovascular.
Las Secuelas del Covid-19 Aumenta los Abortos
Debido a los efectos del SARS Cov-2 en el endotelio, es muy probable que pueda causar daños irreversibles en tejidos altamente vascularizados, incluida la placenta.
Esto explica el aumento de abortos entre mujeres que han experimentado COVID-19. De hecho, los perfiles de daño vascular en mujeres con COVID-19 son comparables a los observados en casos de preclamsia, un desequilibrio en la presión arterial que conduce a daño vascular y abortos.
Además, algunos estudios han demostrado que el virus puede dañar los órganos del feto en embarazos tempranos en relación con un proceso inflamatorio generalizado.
Si dejamos de recibir vacunas, muchas enfermedades eliminadas podrían reaparecer 🦠😮.
— OPS/OMS (@opsoms) October 24, 2022
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En conclusión de los datos disponibles y del historial de pandemias anteriores podemos concluir que la covid-19, al igual que otras infecciones respiratorias graves, puede empeorar las enfermedades cardiovasculares y acortar la esperanza de vida, ya sea acelerando el daño vascular o provocando nuevos daños. Incluso meses o años después de la infección, pueden terminar causando la muerte.
Afortunadamente, la vacunación ha demostrado ser eficaz contra estos efectos secundarios de la misma manera que lo es contra el COVID-19. El principio subyacente es sencillo: si un virus no puede ingresar al torrente sanguíneo, no puede afectar el sistema cardiovascular.
Este es otro motivo más para evitar que el coronavirus nos contagie sin estar preparados. La vacunación salva vidas incluso años después.
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