El último paro armado del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el Departamento del Chocó, terminó el pasado 19 de agosto de 2024, dejando a su paso tensión entre las comunidades. Ahora, este grupo ha declarado un nuevo paro indefinido desde el 9 de noviembre, afectando los ríos San Juan, Sipí y Cajón, lo que impide la entrada de ayuda humanitaria del gobierno y obliga a miles de personas a quedarse encerradas en medio de una fuerte crisis climática.
Llamado del Gobierno al ELN para Levantar el Paro Armado
La Corte Suprema de Justicia se pronunció de manera contundente, exigiendo al ELN que suspenda el paro armado en Chocó. Este conflicto está afectando gravemente a la población, pues, debido a las intensas lluvias, el 85% del territorio está inundado, dejando a más de 100.000 personas en una situación desesperante.
Ante esta crisis, tanto la Corte como el presidente Gustavo Petro han pedido al ELN que libere el territorio para que la ayuda humanitaria llegue sin problemas.
En un reciente post, el presidente Petro pidió levantar el paro armado, afirmando que “amor eficaz es levantar el paro armado en medio de la crisis humanitaria en Chocó”, una frase que busca sensibilizar sobre la necesidad de apoyar, no de obstaculizar, en tiempos de crisis.
Por su parte, el comisionado de paz, Otty Patiño, también hizo un llamado a la guerrilla para que actúe con humanidad: “Ayuden, o al menos no estorben”, expresó al ELN, señalando que en medio de un desastre como el actual, la postura del grupo armado debería ser más compasiva.
Para enfrentar esta emergencia, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) ha dispuesto de $2.500 millones para apoyar a las zonas afectadas.
A partir del 12 de noviembre, se desplegará un operativo logístico para distribuir 10,000 kits de Asistencia Humanitaria de Emergencia (AHE) en el departamento del Chocó. Un equipo técnico ya está en Quibdó coordinando la entrega de ayuda, aunque el paro armado dificulta estos esfuerzos, incrementando la urgencia de que se permita el acceso sin restricciones.
El paro armado no solo ha aumentado la tensión en Chocó, sino que ha dejado a muchas comunidades completamente aisladas. Con las principales vías de acceso controladas por la guerrilla, los habitantes que dependen de los ríos San Juan, Sipí y Cajón están atrapados y sin opciones para recibir ayuda.
El ELN, por su parte, ha justificado su acción aludiendo a supuestas operaciones de la fuerza pública en colaboración con el Clan del Golfo.
Esta crítica situación en el Chocó resalta la urgente necesidad de priorizar soluciones humanitarias. Mientras el ELN continúa su accionar armado, miles de colombianos enfrentan condiciones angustiantes.
Las autoridades y el gobierno han alzado su voz, instando al grupo armado a cesar su ofensiva y permitir el paso de ayuda humanitaria a quienes más la necesitan.